Modern warfare... algún vicio hay que tener

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Capitán John Price
No me entusiasman demasiado los videojuegos. Había jugado -siempre en ordenador- a simuladores de vuelo de aviones y helicópteros de combate, con escaso éxito (menos mal que no fui piloto, ya estaría muerto), hasta que un glorioso día, no sé porqué, se me dio por comprar el Call of Duty... ¡madre mía, qué gráficos! Nunca había visto algo así. Esos cielos, esos efectos de luz... pero claro, luego llegó la segunda entrega, siempre ambientado en la Segunda Guerra Mundial. Y tras agotar ese ambiente bélico llegó la revolución: Call of Duty: Modern Warfare. Y aquí mi perdición. Este juego no me dio la impresión de ser un videojuego al uso: los gráficos son tan hiperrealistas que es como estar inmerso en una película bélica. 

A este tipo de videojuego se los llama shooter en primera persona, porque efectivamente tu ves tus manos y tu arma, y girar el ratón es como si giraras la cabeza o el cuerpo. La diferencia del MW con las versiones de la 2ª guerra son increíbles, no sólo en la calidad de los gráficos sino en el minucioso estudio del movimiento humano: que un enemigo reciba un tiro en una pierna no es lo mismo que lo haga en la cabeza, y la cinética del cuerpo al caer es simplemente perfecta, dándole un realismo nunca visto (en el CoD, los alemanes eran tan decentes que al morir simplemente caían de espaldas y hasta cruzaban los brazos sobre el pecho). 

Modern Warfare inauguró una gran novedad: introducir un argumento. El Call od Duty eran simplemente tiros: aterrizabas en un pueblo francés, te liabas a tiros con los boches, y sanseacabó. Pantalla siguiente. En cambio el MW tiene un argumento como el de una película, con varias subtramas: el terrorista Al Assad, el siniestro Zakhaev, incluso un flashback que te lleva a los alrededores de Chernóbyl... sólo que en esa peli, tú estás dentro.

Y si el juego es divertido y adrenalínico, también son una pasada sus personajes: el capitán John Price, del SAS británico, experto en todo, capaz de orientarse en una favela de Río de Janeiro, en un arrabal de Sierra Leona, en las alcantarillas de Praga o las calles de París. Su sentido del humor negro (buenas noches, suele decirle a sus víctimas después de meterles un pepinazo en la cabeza con un fusil de francotirador) y su sempiterno puro lo hacen de un políticamente incorrecto que es de agradecer.
Por otro lado anda John Soap McTavish, un escocés también del SAS. Víctima de las reprimendas de Price, en la última entrega, la de su muerte, (siempre te recordaremos, Soap), está hecho un verdadero macarra, y se mete con su amigo y mentor llamándolo "viejo" a modo de recordatorio de que ya no es el Soap bisoño de los comienzos. Curiosamente, no hay ningún personaje norteamericano memorable: el único es un repugnante traidor llamado Sheperd, a quien te cargas lanzándole un cuchillo y clavándoselo en un ojo, y suelo recordar a un pobre marine apellidado Jackson, que parece ser el único pringado del pelotón: ¡Jackson, ve a por el Stinger! ¡Jackson, ataca esa posición! ¡Jackson, tripula el UAV! Joder, más de una vez me ha hecho gritarle a la pantalla (sí, le grito al PC, ¿pasa algo?) ¡pero joder, ¿no hay nadie más que Jackson en este jodido pelotón?!

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John "Soap" McTavish
Y los malos malísimos... Al Asad, un golpista y terrorista árabe que provoca una detonación nuclear en un emirato imaginario del Golfo Pérsico (y termina siendo ejecutado tras ser... ejem... digamos interrogado); Imran Zakhaev, un traficante de armas y líder político de una milicia rusa liquidado por McTavish (o sea, por tú mismo) y Vladimir Makarov, otro ruso flipado que termina mal, muy mal. Pero no todos los rusos son de los chicos malos: Yuri y el piloto Nikolai son inestimables aliados de tus personajes.

En fin, ya dijo Coleridge que para gozar de un cuento de terror hay que poner en suspenso la incredulidad... pues para un videojuego lo mismo. De esa manera puedes meterte dentro, sudar cuando te disparan, mosquearte cuando lo haces mal... vamos, ser el protagonista de tu película bélica privada. ¿Infantil? Puede. ¿Pero saben que? Me da igual. Me lo paso pipa, y seguramente seguiré compartiendo durante muchos años las andanzas de Price y Soap, auqnue las haya recorrido una y mil veces. Portque al fin y al cabo, comparado con el mundo real, Modern Warfare es un juego de niños.