Historia de un fraude "espiritual"



Había una vez en la India un señor con una túnica naranja. Expresión beatífica, como no podía ser menos. Su nombre ya nos avisaba que era un dechado de modestia: Bhagwan Sri Rajneesh. Pues "baghwan" significa "dios" o "divino" y "Sri" significa "santo". Ya ven, modesto el hombre. Tenía un ashram, una de esas escuelas de yoga, meditación, ayurveda y todo lo que pirra a los de la new age europea y norteamericana.
 
El dios bajo custodia policial
Esta especie de centro turístico-espiritual estaba presidida por un letrero: "Dejen en la puerta los zapatos y la mente". O sea que el Sri se encargaría de pensar por ti. Maravilloso. El problema es que llegaban allí muchas personas afligidas, con trastornos diversos, que buscaban en sus "enseñanzas" la cura para sus males... y si uno de estos era rico, a por él: el dios viviente tenía la colección de Rolls Royces más grande del mundo, superando a los jeques árabes, lo que ya es decir.

Pero al parecer había dos niveles en este circo: el inofensivo parloteo acerca de la reencarnación y tal; y una parte más oscura que incluía abusos sexuales y palizas. El invento llegó a su fin cuando el príncipe Christian de Hannover murió de forma poco clara, y fue apresuradamente enterrado sin esos formalismos absurdos como son las autopsias y los certificados de defunción.

Sri, que sería de todo, pero no tonto, se largó de la India, mudándose con su grupo a Antelope, Oregón. Los vecinos se alarmaron al ver que estaban erigiendo un complejo fortificado que contaba con unas fuerzas de seguridad armadas (al parecer el día que enseñaban el tema de la no violencia el Divino Bhagwan faltó a clase). La débacle se produjo cuando vertieron productos tóxicos en la comida de un supermercado. La comunidad se deshizo en medio de acusaciones mutuas, y dicen que por los servicios de salud mental todavía quedan algunos discípulos del dios indio.

Meditando sobre cómo desplumar incautos
Ahora bien, ¿qué pasó con este tipo? ¿Está en la cárcel o algo?. Qué va: se metamorfoseó en "Osho", hasta su muerte sin haber pagado por un solo delito (cosa que sí les sucedió a varios de sus seguidores), produciendo una pseudoliteratura basura a medio camino entre el misticismo y la autoayuda para dummies. Si alguna vez vais a una librería, o incluso una gran superficie, mirad en la sección de "espiritualidad" y veréis estantes enteros de libros de "Osho". Como dice el tango "el que no roba, no mama, y el que no afana es un gil".


Información del libro "dios no es bueno", de Christopher Hitchens.